-¿Te gusta el mantecado?
-Unjú. ¡Me encanta!
-¿Crees en la honestidad de los políticos?
-Unjú…
Todo depende del tono en que utilicemos el vocablo, que se asocia, mayormente, con la zona rural y la figura del campesino.
Manuel Álvarez Nazario lo define como una señal de asentimiento o afirmación. Además, acompañada en la emisión oral de cierta entonación característica, sirve para manifestar duda o desconfianza ante una afirmación ajena. Según la Real Academia Española, esta acepción solo es utilizada en Puerto Rico y Venezuela, teniendo como equivalente en la Isla, la frase “Sí, Pepe”.